¿Cuándo
aplica un Proceso Ordinario Laboral y cuando un Proceso Ejecutivo Laboral?
En pocas palabras se puede decir
que:
- Un proceso ordinario busca declarar cierto un supuesto derecho.
- Un proceso ejecutivo versa sobre un derecho cierto, determinado.
Ej: un trabajador alega tener un
derecho y el empleador niega tener la obligación de satisfacer el derecho
alegado por el trabajador. En este caso, para dilucidar quién tiene la razón,
se inicia un proceso laboral ordinario que tiene como objetivo que el juez declare
ese derecho. Que el juez decida.
Ahora, un trabajador que alega
tener un derecho lleva al empleador a una oficina de conciliación y allí se
firma un acta de conciliación. En el acta firmada nace un derecho cierto
reconocido por el empleador, derecho que empleador se obliga a satisfacer.
Si el empleador se niega a
cumplir con lo pactado en el acta de conciliación, el trabajador inicia un
proceso ejecutivo laboral para que el juez “ejecute” al empleador y lo obligue
a cumplir. En este caso el trabajador no va ante el juez para que le declare un
derecho por cuanto el derecho ya fue declarado en el acta de conciliación; va
ante el juez para que este obligue al empleador a cumplir.
Igual sucede cuando iniciado un
proceso laboral ordinario el juez dicta sentencia en la que declara o reconoce
el derecho al trabajador y el empleador se niega a cumplir con la
sentencia a pesar de estar ejecutoriada. El paso a seguir es iniciar un proceso
ejecutivo para buscar el cumplimiento de un derecho que ya fue declarado
cierto por el juez en el proceso ordinario anterior.
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